domingo, 22 de julio de 2007

Capitulo 1

Llegó puntual a su cita, peinada, maquillada, vestida para la ocasión, acababa de ponerse su dosis de cocaína en el lavabo, decían que ese cliente en particular aprovechaba la hora y media, y bien podía con lo que pagaba por una chica.
Llamó al timbre, abrió la puerta de aquel lujoso portal de la zona alta de la ciudad. El la espero en el sexto piso. Abrió la puerta y allí estaba ella, joven, hermosa, delicada, no podía quitarle la vista. Tomaron muchísima coca cola, fumaron, charlaron, la mostró su piso, le contó que se quedo viudo, que su mujer falleció de cáncer, su hija acababa de irse de casa con el novio, el piso era una maravilla, amplio, con grandes ventanas, tv por todos los sitios, y una enorme pantalla en el salón, todo estaba elegido al gusto. No sabían como romper el hielo, entonces llegaron a la habitación de el, se metieron en la cama, puso una música romántica de fondo, se fumaron un cigarro, se desnudaron, comenzaron a tocarse lentamente, mientras ella se humedecia, se metío entre las piernas de ella, comenzó a besarla, durante 30 minutos, se deleito en le entrepierna, el placer recorría el cuerpo de nuestra protagonista, la adoro, la amo cada parte de su cuerpo. Se besaron. El se clavo dentro, ella gimió de placer, hacía tiempo que nadie la amaba así, ella no podía parar ese momento diciendo:
Ponte la goma¡
Y simplemente se dejo llevar, por el ritmo que el marcaba, gimió, estaba húmeda, caliente, mojada.
Desde hacía cuatro años, ella no se sintió así, había olvidado la conexión del Ying y el Yang, la armonía hombre y mujer.
El golpeaba lentamente, su vagina, dándola placer, la besaba, acariciaba.
Eres preciosa, le dijo
Eso se lo dirás a todas, contesto
Su cara se transformo en una mueca, como diciéndola te equivocas.
Me encanta tu sonrisa, aunque eso ya te lo abran dicho.
Ella sonrió y volvió a pensar que eso se lo diría a todas.
Tras largo rato amándose, ella estallo en un alarido de placer, inmenso. Baño el pene erecto con su jugo, dulcemente.
El siguió penetrándola, moviéndose, amándola.
Mírame, hazme correr con tu mirada
Ella se clavo en sus ojos, el la baño entera, llenando cada parte de ella.
Se metió en el baño para asearse y volvió a ponerse la dosis.
Hablaron, hablaron. Ella poco a poco se iba quedando enganchada del encanto de ese hombre, pero era solo una relación profesional. La primera y se enamora.
Quédate a cenar , le dijo el.
No puedo, sabes que están esperando el sobre.
Lo siento, es verdad, perdóname.
Subió en el ascensor por la otra puerta , la del servicio. Y se fue de allí enamorado de alguien que paga 1000 euros la hora, y con un bebe en el vientre.

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